China lidera la transición hacia una economía más ‘verde’

Los enormes logros económicos de China en los últimos años han tenido un costo ambiental importante que representa alrededor de 10% de su Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con cifras del Banco Mundial. Ese problema impulsó al país asiático a invertir en tecnología limpia para hacer una transición hacia una economía más ‘verde’.

Con regulaciones más estrictas, la inversión masiva en infraestructura de tecnología limpia y el compromiso con las finanzas verdes es un punto importante en la agenda del gobierno chino.

La propuesta de esta nueva economía ‘verde’ abre oportunidades a nuevos negocios, especialmente para las compañías especializadas en la industria manufacturera e infraestructura. Además, presenta una oportunidad para los empresarios que quieren aprovechar para invertir.

Esta tendencia de invertir en proyectos ‘verdes’, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se explica por la alta rentabilidad de los proyectos ligados al desarrollo de infraestructuras sostenibles. Aunque uno de las principales razones es el alto grado de competitividad de estas tecnologías.

La organización internacional precisa que las inversiones ‘verdes’ están ligadas a sectores como la infraestructura energética, de transporte y tratamiento de aguas.

Por una ciudad ‘verde’

El proyecto de construir una ciudad no sólo se trata de una urbe con edificios altos, al contrario, se trata de construcciones donde el principal protagonista sean los árboles y las plantas.

También apuesta a la energía eléctrica para fomentar la movilidad entre la localidad y lugares cercanos, por ejemplo, un tren eléctrico así como una carretera donde solo podrán circular coches eléctricos.

El objetivo de la ciudad busca erradicar la contaminación, especialmente en aquellas zonas urbanas donde los índices son especialmente preocupantes. En este sentido, China es uno de los países con mayor contaminación. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2017 se concentraron en la capital asiática partículas 24 veces mayor a los niveles recomendados.