La competitividad compartida de América del Norte

En un mundo donde la competencia entre regiones cobra cada vez más peso prescindir de tratados comerciales sería suicida. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte permite ha México inscribirse en la nueva dinámica en el comercio global. Uno de sus mayores conocedores, Jaime Serra Puche, socio de SAI Derecho & Economía, evalúa la competitividad de América del Norte.

 

Tras más de 25 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)   ¿Qué criterios permiten evaluarlo con objetividad?

Hay dos formas de evaluarlo. La primera en función de propósitos generales planteados durante la negociación ––en 1994–– y la segunda, en función de lo que propone específicamente el mismo tratado comercial. Creo que ésta última es la correcta. 

En esos dos frentes ha tenido mucho éxito: antes del TLCAN exportábamos 100 millones de dólares al día; hoy exportamos mil millones, o sea, 10 veces más; y recibíamos entre 2 mil y 3 mil millones de dólares de inversión extranjera al año y, ahora, cerca de 25 mil millones.

 ¿Cómo definiría la situación de la economía mexicana antes y después del TLCAN?

Cuando la economía mexicana era altamente protegida, no éramos competitivos, algo que en la teoría del comercio internacional se llama el sesgo anti-exportador. Al abrirla, se elevó la competitividad de la industria y las exportaciones crecieron notablemente. Para mí, es el cambio estructural más importante.

¿Qué distingue a América del Norte de otros bloques comerciales?

El TLCAN es muy distinto al bloque europeo, que es una unión aduanera y monetaria (con casi todos los países). Los países de la Unión Europea tienen el mismo arancel hacia el resto del mundo. En América del Norte, no. Cada quien conserva su arancel externo, que se llama de nación más favorecida y no hay nada monetario.

La competencia ya no es sólo entre países, sino entre regiones. El estudio Perspectivas en la alta dirección de México 2017 de KPMG compara qué tan rentable es una industria en cada país. Después de China e India, México es el tercer o el cuarto país más rentable en casi todas las industrias. 

Entonces, además de los seis millones de empleos que se han generado por las exportaciones a México, hemos contribuido de manera importante a la competitividad de la región de América del Norte.

Los grandes pendientes del TLCAN

¿por qué sucede la brecha salarial?

La diferencia salarial entre México y Estados Unidos es enorme, pero se explica en muy buena medida por la dotación de factores: abundancia de mano de obra, y en el caso estadounidense, escasez. Nosotros escasez de capital, ellos abundancia. 

Es normal que el precio de un factor abundante sea bajo. Esa brecha se va a ir cerrando conforme la integración progrese, en particular si se abre el mercado a la movilidad laboral.

China un outsourcing puro y América del Norte, incluido México, una producción compartida

¿Por qué es tan importante esa distinción?

Es importantísima. En la región de América del Norte no sólo nos estamos vendiendo productos los unos a los otros. Después de 20 años, producimos conjuntamente. En general, de cada dólar que México exporta a Estados Unidos, 40 centavos son insumos estadounidenses, mientras que de cada dólar que los chinos exportan a Estados Unidos, lo son sólo cuatro. Es lo que llamo un outsourcing puro. 

Con esto deberíamos concluir que el TLCAN no es parte del problema de la competitividad estadounidense, sino parte de la solución. En esto no hemos sido suficientemente insistentes: gracias al TLCAN, Estados Unidos tiene mayor capacidad de competir con China.

¿Cómo vislumbra a México y América del Norte en 20 años?

El proceso de integración del que hemos estado platicando se ha hecho por la fuerza del mercado, incluso, a pesar de los reguladores y las políticas en la región. Si se parte de esa premisa, es factible fortalecer la integración en múltiples frentes. 

México podría convertirse en la principal plataforma manufacturera en América del Norte y en una de las más importantes del mundo. Es mi versión optimista.