Uno de los principales destino de México son las playas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo (Sectur), estos lugares representan 70.2% de la ocupación hotelera del país. Si bien en estos lugares es común que los hoteles en su mayoría pertenezcan a grandes cadenas hoteleras, no faltan pequeños establecimientos dedicados a este tipo de turismo.
Este tipo de turismo los viajero buscan características específicas en su alojamiento, por ejemplo, la cercanía con las costas y mares como principal atractivo. En México, según datos de la Sectur, los principales destinos de playa son: Puerto Vallarta, Acapulco, Los Cabos, Playa del Carmen, Huatulco, Manzanillo y Cozumel.
Desde un punto de vista del hotelero para diferenciarse de la competencia, los alojamientos deben ser capaces de conciliar el diseño con el entorno que los rodea, es decir, aprovechar las siguientes condiciones:
Buen clima:. El establecimiento hotelero no puede garantizar al visitante ‘el buen tiempo’ pero puede ofrecer condiciones o atracciones alternas en caso de un día nublado, de ello dependerá sus resultados con el cliente.
Calidad de las playas: el viajero elegirá su destino en función de la calidad de las playas. Los hoteleros pueden aprovechar la cercanía a las playas y brindar seguridad o opciones viables para acceder a la playa.
Servicios turísticos: los turistas de sol y playa evalúan los servicios asociados a la zona, por ejemplo, desde el alquiler de hamacas o sombrillas, hasta la existencia de bares y restaurantes cercanos, pasando por zona de duchas o vestuarios a pie de playa.
Seguridad: el turista quiere estar tranquilo durante sus vacaciones y esto implica tanto seguridad en la propia zona de playa, garantizada por equipos de salvamento.
Ocio: las actividades nocturnas en el destino ya sea dentro del propio establecimiento hotelero o en su entorno.